Antigua Luz, de John Banville
Alexander Clave, un viejo actor en el declive de su vida proyecta su mirada
hacia el pasado e inicia un relato que comienza cuando tenía quince años. La
narración empieza con una gran frase, a la manera de las novelas clásicas
-Billy Gray era mi mejor amigo y me enamoré de su madre-. Es un comienzo
impactante y no es un truco de escritor porque el resto del párrafo nos
alerta de la duda que planea sobre toda la obra acerca de la esencia del amor,
de la fiabilidad de los recuerdos, o de la manipulación de la propia memoria.
El relato en primera persona, parece dirigirse exclusivamente al lector, de
forma individual, a mi que lo estoy leyendo y no a un indefinido conjunto de
posibles lectores. Se establece una suerte de complicidad a través de una
sutil forma de diálogo, haciendo preguntas o sugiriendo reflexiones.
Elige tres momentos en el tiempo, primero y más antiguo, su relación con la
señora Gray, segundo, la muerte de su hija y el horrible viaje que, para recoger
sus restos, hacen su mujer Lydia y él. Y por último, la aparición de la
joven actriz Dawn Devonport, contratada junto con él para interpretar
una película.
Así, el narrador salta de una a otra historia, de una a otra mujer, de uno
a otro tiempo y el hilo conductor es él mismo. El personaje que nos
habla, recuerda episodios de su pasado sin desprenderse del
equipaje con que la vida le ha conformado y se nos muestra con una coherencia
espléndida. Un sujeto cuya iniciación sexual se produce a los quince años, con
una mujer de treinta y cinco, que es además la madre de su mejor amigo. Nos
habla después o entremedias, de su mujer, mostrándola como una figura
maternal en quien busca consuelo de su intensa tristeza por la muerte y la vida
de su hija. Así mismo la pérdida de esta, explica el anhelo de entender, salvar
y redimir a la joven actriz cuya vida se desliza peligrosamente hacia
la autodestrucción. Cierra el círculo compartiendo con su esposa el
rescate de Dawn, como compensación para ambos de lo que no pudieron hacer por
su hija.
Banville, tiene una forma de escribir que es muy exigente con el
lector. Sus descripciones miniaturistas tanto de lo material (el paisaje, los
espacios donde se mueven los personajes, etc.) como de lo inmaterial
(sensaciones, sentimientos u opiniones) resultan a veces asfixiantes.
Por ultimo no creo que esta sea una novela erótica, como señala algún
crítico. Aunque contenga episodios eróticos, en mi humilde opinión, es
más significativo el tratamiento de la memoria, de la capacidad del ser humano
de reescribir el pasado desde la perspectiva de la propia experiencia y
creer que fue distinto.
Después de " El Mar" y " Los Infinitos", sabía que la
nueva novela de Banville me gustaría, y así ha sido, pero aunque no sea
literariamente correcto, debo decir que espero con más ilusión las entregas de Quirke
por Benjamín Black. Esta ha sido una entrada un poco más larga, porque el libro
es mucho más complicado, y siento mucho no poder poner la foto de la portada,
pero mientras escribía parte de esta cosa, Mambo, el perro de mi hijo, se la ha
comido.
lo expones muy bien..lo leeré,das interés al argumento y situaciones..sí lo describes bien.
ResponderEliminarTe diré más adelante.Ana A.
Ana, estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarBesos
Ali