La vida ante sí por Roman Gary
Es casi otra
novela la historia de como este autor ha sido el único que ha recibido dos
premios Goncourt. El primero en 1956 por Las
raíces del cielo con su propio nombre y
el segundo en 1975 bajo el seudónimo de Emile Ajar por La vida ante sí. Gary no admitió
mientras estuvo vivo que se ocultase tras dicho nombre, pero al morir, en su
nota de suicidio firmada por su otro seudónimo, Paul Paulovitch (este si
reconocido), declaró ser Emile Ajar.
La obra que
comento hoy es una novela que en su momento fue un éxito editorial extraordinario,
todo un superventas. Yo supongo que el hecho novedoso de utilizar como narrador
a un niño de diez años poniéndole voz a una historia realmente sórdida tuvo mucho que ver en ello.
Resulta
conmovedora la visión de una realidad tremenda contemplada a través de la
mirada inocente y frágil del pequeño Mou y es magnífico el realismo que logra
el autor al dar vida a esos personajes extravagantes y singulares que pueblan
su mundo. Es de una ternura maravillosa, sin
concesiones hacia el sentimentalismo facilón.
El día que entre
a comprarlo a la librería, la chica que me atendió me dijo: - Es un libro
maravilloso, que suerte que aún no lo hayas leído-. Pues tenia razón. Espero que si os animáis lo
disfrutéis tanto como yo lo he hecho.
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