Dos amigas por Elena Ferrante

La amiga estupenda 
Un mal nombre
Las deudas del cuerpo
La niña perdida

Estos cuatro libros componen la tetralogía  que se titula Dos amigas.

He tenido que dejar una tiempo para escribir sobre ellos pues después de  casi dos mil páginas es necesaria una distancia para asentar impresiones y extraer las sensaciones que me permitan transmitir una opinión ecuánime o al menos lo más justa posible. La verdad es que después de compartir tanto tiempo con Lila y Lena, el día después de terminar el último de los libros las echaba muchísimo de menos. Sentí una perdida real porque Elena Ferrante ha creado unos personajes tan de carne y hueso que cuesta desentenderse de ellos.

Es esta la historia de dos vidas, narrada por una de las dos mujeres retrospectivamente desde la fecha actual, en la que ambas son ya mayores. Trascurren más de cincuenta años desde el comienzo. La trama se apoya en nueve familias cuyo denominador común es la pertenencia al barrio  donde nacen y crecen Elena Greco y Rafaela Cerullo. Ferrante dibuja un apasionante retrato vivo de la historia italiana de la última mitad del siglo XX.

Imposible no situar a  ambas en el escenario perfecto del Nápoles que se trasforma por fuera pero mantiene intacta su esencia. A la vez  y paralelamente asistimos al cambio que van experimentando ellas dos y todo el coro de personajes que pueblan este universo tan vivido, tan grafico y tan real. He leído que Ferrante debe mucho al neorrealismo italiano, y estoy completamente de acuerdo. No hay en ella ninguna intención de dulcificar la realidad, la muestra tan dura  como parece ser, explícitamente, sin morbosidad pero sin tapujos.
 
No hay ni un atisbo de maniqueísmo en el planteamiento de los personajes que son simplemente humanos, con infinitos matices. Tampoco evita contar de manera minuciosa todos los hechos que considera  necesarios, dando dramatismo a lo cotidiano, para que el lector entienda lo que sucede y extraiga sus propias conclusiones. Es de una honestidad admirable, no escatima mostrar la miseria moral que acompañaba la pobreza de su mundo y  sin embargo hay una cierta sublimación de un lugar del que se sienten parte indivisible y del que no quieren o no pueden alejarse nunca .
 
 La literatura de Ferrante es extremadamente sencilla, no tiene artificios ni usa técnicas literarias para enganchar al lector. Sin embargo, tiene una enorme capacidad para involucrarlo en la propia historia y hacer que sienta parte de la misma, que tome partido por una de las dos, luego cambie  y más tarde vuelva a cambiar. En definitiva, que las comprenda, las quiera y las acompañe en el largo trayecto de la vida como si fueran una amiga de verdad.


He disfrutado mucho con la lectura de todos y cada uno de los cuatro libros y la recomiendo muchísimo. Yo no creo que haya literatura para mujeres (la mejor reseña de este libro se la he leído a un hombre) y sin embargo pienso que en este caso la mente femenina sacará mucho más jugo de sus páginas. 

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