Las sillitas rojas por Edna O'Brien
No es esta una
novela convencional. Para empezar, tiene un aire de cuento que hace que los
hechos que se narran estén envueltos en una vaga sensación de irrealidad. Sin
embargo la verdad en la que se basa el relato se abre paso a lo largo de sus páginas
haciendo, de paso un retrato de la condición humana.
El personaje
Vladimir Dragan enseguida es reconocido por el lector como uno de los asesinos que actuaron durante la Guerra de Bosnia.
Esto se debe, entre otras pistas, a que la autora incluye en un pasaje la
imagen de las sillas rojas que se
colocaron en la avenida principal de Sarajevo para conmemorar los veinte años
del comienzo del sitio a la ciudad. Cada una de las sillas representan las 11.541 personas que murieron durante el conflicto, 643 eran sillitas, en recuerdo de los que
eran niños.
Pues bien, este
siniestro personaje busca refugio en un lugar
tranquilo donde aparentemente habita la inocencia y la paz despertando el
interés de sus habitantes que lo acogen con diferente actitud, que va desde la
desconfianza hasta el jubilo. La extravagante presencia de este "sanador
visionario"(como se define él mismo) trastorna la vida y la conciencia de
los tranquilos pobladores de Cloonolia, que
van sucumbiendo cada uno a su modo al hechizo del forastero. Es
interesante mostrar el atractivo enorme
que ejerce en almas cándidas la maldad más implacable.
Por momentos me
costaba situar temporalmente la historia precisamente por ese estilo de fábula del
que he hablado al principio. Sin embargo el relato se ancla a la realidad
mediante indicios y pistas con que va salpicando el mismo.
Es una obra muy
original, diferente tanto en el estilo como en el sentido que creo que tiene. Utiliza
la base de unos personajes reales para, disfrazados y trasportados a un hábitat
diferente, reflexionar sobre el mal, la
frivolidad y las consecuencias que en la
inocencia ejercen estos dos condiciones.
La autora, a través de Fidelma construye
una elaboración moral sobre la culpa y la redención.
Comentarios
Publicar un comentario