La Octava Vida (para Brilka) por Nino Haratischwili

Estupenda novela de dimensiones e intención épicas, y claras reminiscencias tolstoyanas.

Haratischwili utiliza el árbol genealógico de una familia georgiana para hacer un recorrido por la historia del siglo XX desde el final del Imperio Zarista, pasando por la revolución bolchevique, la larga etapa soviética, la perestroika y finalmente la época después de la caída del muro que conduce hasta nuestros días. Lo hace a través de las historias singulares de cada uno de ellos, de las relaciones que los unen y los separan, en fin, del devenir de sus existencias.

La estructura narrativa de la novela se vertebra sobre dos pilares. Uno, las relaciones familiares y dos, la fábrica de chocolate del patriarca fundador donde todo empezó, cuyas recetas secretas, depositadas en sucesivos miembros de la familia funciona como leitmotiv recurrente que en último extremo los convoca desde cualquier lugar y desde las circunstancias en las que estén al singular encuentro con sus particulares orígenes. Es el germen de la historia que, como una herencia cultural propia, sobrevive a todas las adversidades y los une.

Es muy interesante la elección como protagonistas de unos burgueses, tan alejados de la aristocracia de la que es un lugar común que sufrieron el despojo de privilegios y propiedades, como de los siervos y campesinos que se supone serian beneficiarios por la revolución socialista. Aporta una perspectiva distinta, la de una clase social en una región prospera, que se fue deteriorando de manera lenta y constante hasta acabar desapareciendo.

Durante el largo periodo soviético la familia se sitúa en ese espacio de privilegio que les otorga la pertenencia a las altas estructuras de poder en el partido, posición conseguida por méritos mas o menos legítimos y casi siempre oscuros. Mantenerse en esa posición durante tanto tiempo, sobreviviendo a purgas, cambios de liderazgos, hasta prácticamente el final del régimen, es parte de la intrincada trama del libro. Con una naturalidad y realismo notable, asistimos a la secuencia del experimento fallido que fue el régimen soviético, a los recortes progresivos de las libertades individuales, hasta llegar a límites insospechados de alienación del sujeto a favor de la estructura del estado, el horror de las purgas, la arbitrariedad del sistema de justicia, el poder tiránico no solo de los situados en la cima del poder sino también de cada uno de los jefes que ocupaban los estadios intermedios. Nos hace entender que la corrupción estaba instalada en la medula del sistema y afectaba a todos los ámbitos de la vida, desde el acceso a la educación superior, a los distintos tipos de viviendas y hasta la posibilidad de tener alimentos en los largos periodos de hambruna a que condujeron los planes quinquenales. 

El relato es también una seria reflexión de cómo una sociedad adormecida por el terror acepto como eran sustituidos los privilegios de los antiguos terratenientes aristócratas por los de los nuevos detentadores del poder de esta nueva autarquía quienes teóricamente venían a redimirlos.

Esta es una novela de las que últimamente se han dado en llamar “novelas rio” porque transcurren desde un punto de la historia a otro en el presente, siguiendo un cauce, pero desviándose en afluentes que son las historias personales de los componentes del árbol para luego volver al cauce principal que los vincula a un tiempo y una tierra. Es un libro largo, casi mil páginas, pero la autora es muy hábil con la construcción narrativa que asocia a cada uno de los personajes protagonistas un periodo concreto y consigue que el lector no se pierda creando un sistema de continuas referencias a hechos pasados, de los que el lector ya tiene noticia, que son vistos y contados desde perspectivas diferentes según el sujeto que los cuenta, aportando de manera paulatina la totalidad de la información sobre los mismos. 

Al comienzo de esta entrada hago una afirmación que puede parecer exagerada, en cuanto al carácter épico de esta obra, pero si os animáis a leerla creo que estaréis de acuerdo conmigo. Por último, es interesantísimo observar como la estructura de Guerra y Paz está presente en esta obra de una manera evidente sin haber perdido ninguna vigencia. Es un libro absolutamente recomendable para sumergirse en sus páginas y perder la noción del tiempo.