«La casa de la alegría» por Edith Warton.
«La casa de la alegría» es un retrato agudo y preciso de una sociedad y un tiempo determinado. Una foto fija que refleja una sociedad en un momento de la historia de Nueva York, que en ningún modo resultaría trasportable al resto de los Estados Unidos.
Es la historia de mujeres cuya única oportunidad de mantener el estatus social y económico en el que nacieron era encontrar un marido que les proporcionase lo necesario. Estas mujeres, sí carecían de fortuna propia, debían estar extremadamente atentas para no perder el tiempo ni la oportunidad que surgiera para contraer un matrimonio apropiado, pues habían sido educadas en un estilo de vida completamente ajeno a la posibilidad de tener una profesión con la que poder mantenerse. En esa época, había muchas mujeres en Estados unidos que trabajaban en la industria o en el comercio y que eran capaces de vivir con independencia, es por eso por lo que hablo de foto fija, me refiero a que esto sucedía en el marco de una clase social muy restringida, la del final del siglo XIX, que se prolongó de forma residual a los primeros años del siglo XX.
Es una novela narrativamente interesante con unos diálogos muy inteligentes y sutiles, con una enorme elegancia en la descripción de sentimientos y sensaciones, siempre muy contenida y poco explícita, lo que da lugar a espacio para la propia imaginación del lector.
No pretendo restarle merito a la reconocida calidad literaria de Edith Warton, pero en mi opinión (que de eso se trata este blog) el ritmo narrativo es lento y hay una excesiva reiteración de descripciones de escenarios que resultan superfluas, aunque comprensibles. Porque hasta la generalización del cine como vehículo con soporte visual, para contar historias la literatura no se liberó de la obligación de situar a los personajes en espacios físicos concretos. En ocasiones ha sido fuente de páginas preciosas, pero en otras resulta tedioso.
En resumen, es una obra interesante y bien escrita, pero en algunas ocasiones resulta un poco tediosa de leer.
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