La memoria callada del olvido, por Nita Azpiazu de Balda

Novela histórica sobre un personaje ignorado e injustamente olvidado por la historiografía, Teresa Carlota, hija mayor de Luis XVI y María Antonieta, nacida en Versalles en diciembre de 1778, siendo la primogénita de los reyes, se le otorgo el tratamiento de Madame Royale.

Después del estallido de la Revolución sigue el destino de su familia y acompaña a sus padres al cautiverio de la Torre del Temple, donde asiste a la tragedia de la ejecución del Rey, de la Reina, y finalmente de la princesa Isabel, hermana pequeña de Luis XVI, también prisionera con ellos. Es asimismo testigo de la separación de su hermano el Delfín de Francia, y es consciente de la muerte de aquel a causa de los malos tratos y el abandono al que lo sometieron el matrimonio cruel y despiadado a quienes se les habían confiado su cuidado.

Permaneció sola en la prisión del Temple hasta el fin del periodo del terror con la muerte de Robespierre y no fue hasta diciembre de 1795 cuando la liberaron. En parte supongo porque no sabían muy bien qué hacer con ella, si entregarla a su familia austriaca, o bien a los familiares de Luis XVI que se encontraban en el exilio. Finalmente fue su primo el emperador austriaco Francisco II el que se hizo cargo de la custodia y educación de la princesa. Directamente desde la prisión viajo hasta Viena donde la recibe una familia prácticamente desconocida para ella y a la que tenía cierto resentimiento por no haber ayudado a sus Padres de manera más enérgica. Finalmente, la Princesa María Teresa Carlota, se casa con el Duque de Angulema, sobrino del autoproclamado rey de Francia, Luis XVIII. 

Es uno de esos personajes históricos cuya larga vida ocupo periodos absolutamente distintos, como si hubiese vivido en varios siglos, nació en Versalles, en el esplendor del reinado de los últimos Borbones, paso por una revolución explosiva y sangrienta que acabo con un modo de vida y cambio el futuro para siempre.  En su caso significo además la perdida de sus padres, hermano y de todo un mundo de privilegios. Asistió a la llegada de Napoleón al poder, al Imperio, a la caída del Imperio y a la primera restauración en la cabeza de Luis XVIII.  La vuelta de Napoleón durante los Cien Días, la hicieron conocer una nueva expulsión de su país, que tampoco fue su ultimo exilio, pues con la llegada al trono de Luis Felipe de Orleans, volvió a ser exiliada de Francia. Murió en 1851 a los setenta y tres años en Gorizia, Italia. En su tumba es descrita como Reina viuda de Francia, en referencia a los veinte minutos de reinado de su esposo como Luis XIX.

Verdaderamente la vida de Madame Royal fue difícil e ingrata, pero es indudable que, aunque fue un personaje con un valor secundario en el sentido de protagonismo histórico, como testigo de una larga y azarosa época, su testimonio es muy valioso e interesante. Debo decir que, al ser una novela histórica, la teoría es que los hechos y los personajes reales no deben ser falseados, pero la interpretación de los acontecimientos y la descripción y análisis de los personajes admiten cierta discrecionalidad.

Al ser una narración en primera persona, y siendo la narradora hija de los reyes Luis XVI y María Antonieta, se comprende la dulcificada visión que muestra de ellos. Mi conocimiento  sobre ambos se lo debo únicamente a la maravillosa biografía de María Antonieta de Stefan Zweig que si bien a la Reina comienza considerándola una joven inteligente, pero frívola y caprichosa, con el trascurso del tiempo y las circunstancias realmente difíciles que le tocó vivir su figura va creciendo hasta alcanzar un  grado de dignidad y consistencia notables, como si en los últimos momentos de su corta vida  recuperase la directrices en que fue educada por su madre la gran emperatriz Maria Teresa de Austria. Por el contrario, Luis XVI, creo que fue una persona bastante distinta de la que dibuja la protagonista, aunque resulta creíble que su hija lo viese como un padre dulce y bondadoso. Como Rey y como hombre creo que nunca estuvo a la altura de la historia.

Comentarios