Sidi por Arturo Pérez-Reverte

Pérez- Reverte, es sin duda un escritor con oficio y muchos recursos, se maneja con la misma destreza cuando escribe novelas más históricas de aventuras, como toda la serie de El Capitán Alatriste o la trilogía de Falcó, que cuando aborda historias como la Reina del Sur o La Piel del Tambor, cuyo tema es más contemporáneo.

Sidi, su última obra publicada es una novela muy entretenida, mezcla de libro de aventuras y un manual sobre liderazgo. Se centra en un episodio puntual de Ruy Díaz, el llamado Cid Campeador, requerido por el Rey moro de Zaragoza para una acción bélica concreta. En ese contexto histórico, Reverte nos muestra con un cierto afán pedagógico lo que en realidad eran los guerreros en el siglo XIII, una suerte de huestes de señores de la guerra que funcionaban la mayor parte de las veces como meros mercenarios al servicio de reyes o intereses a los que en realidad no les unían más que la posibilidad de mantener a sus hombres y obtener recursos económicos para seguir operativos.

Esta desmitificación del caballero fiel a su señor, que exige juramento al Rey y por ello es desterrado, la compensa con la elaboración del personaje como un líder que es seguido ciegamente y de manera leal por sus soldados, gracias a su inteligencia, valentía y nobleza. La nobleza de los hidalgos adquirida por méritos, no por cuna.

Nunca me intereso mucho la historia o leyenda del Cid, por eso me acerque a Sidi, un poco con desgana, pero lo he pasado bien leyéndola.

La literatura que hace Pérez- Reverte es muy interesante y tiene una virtud añadida, que me parece importante reseñar, y es que crea afición. Es capaz de llegar a un público adolescente y convertirlo en lector. Soy testigo de que El Capitán Alatriste junto con Harry Potter son los responsables de que muchísimos jóvenes entraran en el universo de los libros. Esta es una virtud que yo valoro muchísimo, pero los que más lo harán en el futuro son aquellos que han tenido esa experiencia iniciática, que les introdujo en un mundo de emociones, el que proporciona la literatura, del que probablemente y nunca querrán salir.