La víspera de casi todo por Victor del Árbol

Siempre he sostenido que la moda influye en el mundo editorial de una forma más decisiva de lo que creo que sería deseable. En los últimos años, los grandes éxitos de ventas con frecuencia son obras que encajan en la denominación de género negro, en la acepción mas amplia del concepto, pues ya he defendido antes que, a mi entender, el denominador común de un crimen en una novela no hace que  esta sea una obra de género negro.

Las editoriales y también los jurados de premios literarios, naturalmente apuestan por obras que reúnan ese tipo de ingredientes que presumiblemente las harán funcionar en el mercado. El premio Nadal ha recaído este año en Víctor del Árbol por su novela La víspera de casi todo.

En el título se condensa lo fundamental de mi crítica. Casi todo pasa en esta novela: demasiadas tramas, demasiados personajes siempre a medio dibujar, muchos escenarios y varios planos de realidad. Todo ello da como resultado una obra confusa en su planteamiento y más aún en la convergencia de las tramas secundarias con la principal.

En lo que se refiere al desenlace o los desenlaces, estos resultan un poco absurdos e incluso incoherentes con el carácter que otorga a alguno de los personajes. Quizás  ocurre porque no hay una verdadera creación de sujetos literarios, solo son sombras que se comportan con una ambigüedad que les permite hacer cualquier cosa.


La sensación que tiene el lector es que se trata de dos novelas que han sido fusionadas por el autor para dotarla de una trama policiaca y el resultado es malo. Siento decirlo, en primer lugar, porque el premio Nadal siempre ha conservado un nivel calidad que en esta edición no creo que  se alcance. Por otro lado he leído otra obra de Víctor del Árbol y, considerándole un buen escritor,  pienso que en esta obra no ha acertado.

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