De nuevo, una
escritora francesa inicia una serie de novela policiaca que a los aficionados
nos va a procurar muchos ratos de entretenimiento. Sofie Hénaff, sigue el
camino iniciado y magníficamente transitado por Fred Vargas, aportando a este
género un toque de elegante sentido del humor y despojándolo de solemnidad. En
esta su primera entrega ha sido capaz de crear un grupo de personajes heterogéneos
que tienen en común dos cosas: la de ser
funcionarios que forman parte del cuerpo policial y la condición de estar marginados dentro del
mismo por muy diferentes motivos. Esas circunstancias añaden a la trama
puramente criminal muchas historias de orden humano y social que atrapan al
lector desde el primer minuto de lectura.
Lo he pasado muy
bien leyéndola y estoy deseando ver
publicado un próximo episodio. Los que alguna vez siguen este blog saben de mi
afición por el género que, en mi opinión, está erróneamente calificado como
negro. Esta, por ejemplo, es una muy buena y divertida novela policiaca pero no
tiene nada de negra. Si os animáis a leerla, creo que me daréis la razón.
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