Botas de lluvia Suecas por Henning Mankell
El epílogo de
esta novela está escrito en Antibes y fechado en Marzo de 2015 y el autor muere
en Suecia el mes de octubre del mismo año. Es pues su última obra, escrita
cuando la enfermedad que fue la causa de su muerte está ya muy avanzada, y creo
que el es consciente de que su vida se está acabando.
Es por eso que
me parece interesante comentar aquí, mas allá de cualquier otra cosa , la
diferencia de tono y de mensaje que contiene este libro. Creo que he leído prácticamente
toda la obra de Mankell, la serie de Wallander
y la que comienza con Zapatos italianos que termina con esta
de la que hablo. También Comedia
infantil y El hijo del viento que
se desarrollan en África así como El
chino y La vuelta del profesor de
Baile. La única que no he leído es Arenas movedizas, que es un testimonio autobiográfico
y puede ser que ahí se encuentren las
claves de estos cambios de los que hablo.
En la obra de Mankell
hay una constante que se repite una y otra vez y que planea siempre como una sombra en todos
sus libros: la soledad, ineludible e inevitable, entendida como algo inherente
a la naturaleza humana y no como una consecuencia propia de la sociedad en
que les ha tocado vivir. Sus personajes no tienen la voluntad de cambiar las
cosas, la soledad se acepta y siempre hay una halo de triste resignación en esa
circunstancia.
Pues bien, en
esta última novela, los personajes todos ellos son seres solitarios, todos
viven solos en una paisaje cuya dureza propicia este aislamiento por la
dificultad geográfica para acercarse unos a otros. Sin embargo, lo diferente en
esta es que, aunque tímidamente con
muchos recelos, aquí todos se buscan
continuamente, se necesitan y se interesan por el resto. Van creando una red
que los conecta y los salva. Es como si
el autor hubiera descubierto al fin que el ser humano no está completo si está
solo, necesita de otros . Hay una frase en el libro en la que dice "No siempre estuvo solo, al menos
cuando nació su madre estaba con el, todos las personas están acompañadas al
menos en ese momento". El protagonista, Welin, nos va acercando a una idea
de que no se si tanto como la felicidad pero si la paz y el sosiego se encuentran
en la compañía de otros, más aún si esos otros son de tu misma sangre, hijos en
los que proyectar un futuro que de sentido al pasado y al presente.
Fredrik Welin redime en si mismo a todos los
personajes que han salido de la pluma de Mankell, cuando comprende que el
sentido de la vida es tener cerca a las personas que quiere y que la esperanza de te quieran da una nueva
luz a sus días. Las ultimas
frases del libro son un buen resumen de lo que creo haber visto en él: "Ya
estamos a finales de Agosto. Pronto llegara el otoño. Pero la obscuridad ya no
me asusta." A mi me parece un precioso testamento vital.
Que buen resumen de este libro. No lo he leido todavia. Pero estoy leyendo Arenas movedizas.
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